tal vez pensaríamos dos veces antes de ignorar las oportunidades
que tenemos de ser y de hacer a los otros felices.
Muchas flores son cortadas muy pronto;
algunas apenas pimpollo.
Hay semillas que nunca brotan y hay aquellas flores
que viven la vida entera hasta que, pétalo por pétalo,
tranquilas, vividas, se entregan al viento.
Pero no tenemos como adivinar.
No sabemos por cuanto tiempo
estaremos disfrutando este Edén, tampoco las flores
que fueron plantadas a nuestro alrededor.
Y nos descuidamos a nosotros mismos y a los otros.
Nos entristecemos por cosas pequeñas y perdemos un tiempo precioso.
Perdemos días, a veces años.
Nos callamos cuando deberíamos hablar,
y hablamos demasiado cuando deberíamos quedar en silencio.
No damos el abrazo que tanto nos pide nuestro corazón
porque algo en nosotros impide esa aproximación.
No damos un beso cariñoso
“porque no estamos acostumbrados a eso”
y no decimos lo que nos gusta porque pensamos
que el otro sabe automáticamente lo que sentimos.
Y pasa la noche y llega el día; el Sol nace y adormece,
y continuamos siendo los mismos.
Reclamamos lo que no tenemos,
o que no tenemos lo suficiente.
Cobramos. A los otros. A la vida. A nosotros mismos.
Y nos consumimos,
comparando nuestra vida con la de aquellos que poseen más.
Y si probáramos compararnos con aquellos que poseen menos?
Eso haría una gran diferencia!
Y el tiempo pasa. Pasamos por la vida y no vivimos.
Sobrevivimos, porque no sabemos hacer otra cosa.
Hasta que, inesperadamente,
nos acordamos y miramos para atrás.
Y entonces nos preguntamos: ¿Y ahora?
Ahora, hoy, todavía es tiempo de reconstruir alguna cosa;
de dar un abrazo amigo; de decir una palabra cariñosa;
de agradecer por lo que tenemos.
Nunca se es demasiado viejo,
o demasiado joven, para amar,
para decir una palabra gentil, para hacer un cariño.
No mires para atrás. Lo que pasó, pasó.
Lo que perdimos, perdimos. Mira hacia adelante!
Todavía hay tiempo de apreciar las flores
que están enteras a nuestro alrededor.
Todavía hay tiempo de agradecer a Dios por la vida,
que aunque efímera, aún está en nosotros.
“Todo es efímero como el arco iris”. Virginia Woolf
2 comentarios:
Amiga se echan de menos tus excursiones...Espero que pases unos días llenos de alegría en familia. ¡Un abrazo y FELIZ NAVIDAD!
Gracias Eloy, pero es que no tengo tiempo de salir a las rutas, entre los estudios y la casa, no doy para mas..... Felices fiestas para ti tambien y para los tuyos....
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