TU........: Tú eres el resultado de ti mismo. No culpes a nadie, nunca te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida. Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar; corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre o mujer surge de las cenizas del error.
jueves, 25 de agosto de 2011
EL PESCADOR
MERECE LA PENA LEERLO CON ATENCIÓN PORQUE ME PARECE QUE HAY ALGO EN LO QUE NOS ESTAMOS EQUIVOCANDO.
Un hombre de negocios estaba en el embarcadero de un pueblecito costero cuando llegó una barca con un solo tripulante y varios atunes muy grandes.
El hombre de negocios felicitó al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlo.
El pescador replicó:
-“Oh! Sólo un ratito.”
Entonces el hombre de negocios le preguntó por qué no se había quedado más tiempo para coger más peces.
El pescador dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su familia.
El hombre de negocios volvió a preguntar:
-“¿Y qué hace usted entonces con el resto de su tiempo?”
El pescador contestó:
-“Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar la guitarra con los amigos. Tengo una vida plena y ocupada, señor.”
El hombre de negocios dijo con tono burlón:
-“Soy experto en grandes negocios y le podría echar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande. Con los beneficios que le reportaría una barca más grande, podría comprar varias barcas. Con el tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca. En vez de vender su captura a un intermediado, se la podría vender al mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas. Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse de esta aldea y mudarse a la capital, luego a la provincia con más empresas del país y finalmente quizás a otro país desde donde dirigiría su propia empresa en expansión.”
- “Pero señor, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso?
- “De quince a veinte años.”
- “Y luego ¿qué?”
El hombre de negocios soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor parte:
-”Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico. Ganaría millones.”
- “¿Millones, señor? Y luego ¿qué?”
- “Luego se podría retirar. Irse a un pequeño pueblo costero donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la siesta con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y tocar la guitarra con sus amigos.”
-“Bueno, pero eso es lo que hago ahora señor ¿Por qué tengo que esperar veinte años?”
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