miércoles, 26 de noviembre de 2014

MIS PIERNAS...




Quizá sea que aciertas,
quizá sea verdad lo que piensas
quizá no debas ver,
las que siempre quieras o no
me han de llevar…y de traer…

Son ellas las que deciden
cuando yo no se a donde ir,
son ellas las que deciden
el sendero a seguir…
dibujando con acierto
de mi cuerpo el devenir…

Son blancas como la Luna
cuando nos viene a ver
vestida de blanco manto,
y con sus rojos labios deja
marcado al amanecer…

Son pétreas como las columnas
del templo de Jerusalén…
altivas como la fe,
de todos los peregrinos…
que allí buscaron a Yahvé…

Y ahora dudas de si
existen de verdad,
si son realmente ciertas,
si son realmente bellas,
si merecen ser,
entregadas a tus miradas
y a la de aquel,
que cada noche en silencio
sueña con mi piel…

Y pretendes que las esconda
tras tristes perneras
cosidas al bies…

¿Qué tus ojos tienen miedo
de lo que pueda ser?

¿Qué dudas de ti mismo
de lo que después de ello
pueda suceder?

Mis faldas te lo dirán,
debajo las llevaré,
que no más allá de las cumbres
que se flexionan en el proceder
de rezar una oración
ante cualquier altar sin pecado,
así te las mostraré…..

Y sé…yo bien lo sé
te sentirás halagado
de llevar a tu lado,
dos piernas que te marcaran
como ningunas otras jamás…
el paso…bien ajustado
sin que ello nunca te lleve
hacerte dar un traspiés
en tu recto proceder…



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