sábado, 18 de mayo de 2013

LA FLOR DEL AIRE



Yo la encontré por mi destino,
de pie a mitad de la pradera,
... gobernadora del que pase,
del que le hable y que la vea.

Y ella me dijo: "Sube al monte.
Yo nunca dejo la pradera,
y me cortas las flores blancas
como nieves, duras y tiernas."

Me subí a la ácida montaña,
busqué las flores donde albean,
entre las rocas existiendo
medio dormidas y despiertas.

Cuando bajé, con carga mía,
la hallé a mitad de la pradera,
y fui cubriéndola frenética,
con un torrente de azucenas.

Y sin mirarse la blancura,
ella me dijo: "Tú acarrea
ahora sólo flores rojas.
Yo no puedo pasar la pradera."

Trepe las peñas con el venado,
y busqué flores de demencia,
las que rojean y parecen
que de rojez vivan y mueran.

Gabriela Mistral.

Añoranzas


El tiempo solo me ofrece tu silencio,
la ausencia de tus letras encendidas
y me encuentro, dolorido sin su bullicio,
como el león que se lame sus heridas.

¿Cuánto más hurtado de tu anuncio?
¿Cuánta la espera de tus palabras huídas?
Amante, tu fuga de noticias es cruel suplicio
y añoro que de nuevo se acerquen nuestras vidas.