lunes, 15 de abril de 2013

Por Siempre.

Mi nombre llevará cualquier poema,
y estaré en un rincón, donde tus ojos
se detengan, mirando al infinito.

 Yo seré, en la quietud, cálido grito,
y mi voz será el eco de tu pena.

Seré, al atardecer, roja diadema
del sol, que se retira, silencioso…
rescatando mi ausencia del olvido.

La noche, su favor me ha concedido,
y en tu cielo, por siempre seré estrella.

Mi confidente fiel, la luna bella,
recitará mis versos más hermosos,
que llegarán, tan sólo a tus oídos.

Yo te enseñé a volar con los sentidos.
Tù me enseñaste a andar sobre la tierra.

Publicado por Francisca Quintana

1 comentario:

BATOOSAHI dijo...

Un bello poema este que compartes con nosotros, besos.